Una de las grandes virtudes del cine es convencernos de que lo que sucede en la pantalla es real. Claro, esta capacidad de convencimiento se sostiene porque las películas están basadas en cosas que pasan en la realidad; sin embargo, uno de los recursos más frecuentes que utilizan los creativos es exagerar ciertos elementos para que sean sorprendentes o llamativos para el espectador. Podemos ver, por ejemplo, un blindaje de camionetas ultra sofisticado en una película de James Bond y, aunque funciona en la lógica de la película, no necesariamente sería aplicable en la realidad. Está bien, después de todo, el cine es el espacio de las fantasías y está ahí para ayudarnos a imaginar un mundo diferente.
Pensemos en una de las escenas más recurrentes en películas de acción. Los héroes atléticos están en una persecución delirante con el villano de la película, lo tienen muy cerca, casi pisándole las llantas. Entonces, el enemigo intenta dar un giro con el automóvil pero le falla el cálculo y se impacta, quedando varado. Los héroes la tienen fácil, bajan y comienzan a disparar, pero parece que el villano estaba muy bien preparado porque el blindaje automotriz resiste muy bien los impactos. Entonces, el protagonista tiene una idea que aniquilará definitivamente a su contrincante: dispara directamente al tanque de combustible y el auto explota junto con el conductor. Los héroes caminan en cámara lenta, mientras la explosión se expande.
Toda esta secuencia queda muy bien en el cine, pero no necesariamente aplica a la realidad. Una explosión se produce cuando hay una gran presión de los materiales (gases) y esta tensión se rompe liberando toda la energía contenida. Tomando en cuenta que el combustible que usa la mayoría de los automóviles es líquido, al contacto con una chispa o una detonación pueden generar una combustión (es decir, flamas), pero nunca una explosión. Para que esto suceda, el combustible líquido tendría que evaporarse y esto casi nunca sucede en el contexto de un tiroteo. Finalmente, se reducen aún más las probabilidades porque uno de los grandes avances automotrices ha sido proteger el vehículo de la acumulación de gases mediante válvulas de seguridad.
Otra escena recurrente en las películas de acción es protegerse de las balas con la puerta del automóvil y hacer un millón de acrobacias para esquivar proyectiles. Pues bien, mientras las camionetas blindadas no cuenten con un recubrimiento adecuado, adaptado al calibre de las pistolas, la puerta no será de ninguna ayuda. ¿Qué te imaginas que se puede utilizar en una fábrica de municiones para comprobar la efectividad de los proyectiles que producen? Pues, justamente, se usan las mismas placas de metal que se utilizan en el ensamble de puertas para automóvil. Por eso siempre se debe considerar una metodología personalizada para la aplicación de blindaje en cada espacio del vehículo.
Entonces, podemos concluir que cuando se trata de camionetas blindadas en el mundo real, la garantía no estará en una protección espectacular o aventurera, sino en medidas y materiales de calidad, cuya efectividad se ha comprobado científicamente.